Rutas por la Serranía de Ronda

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“Si desean realizar la ruta es recomendable contrastar la información, utilizar guías técnicas especializadas
y no basarse sólo en esta información”

 
Rutas por la Serranía de Ronda
Título: Al Pico Ventana, en la Sierra de Juan Diego
Zona: Valle del Guadiaro
Autor: Luis Sarasola
 
El polje de Pozuelo tal y como lo vemos desde la cumbre de Ventana

1. Nombre o nombres
Ventana

2. Localización administrativa
Término municipal de Benaoján, 2.100 m al SO cuarto O del núcleo, cerca del límite con el término municipal de Montejaque.

3. Localización a partir de un locus de referencia
15 km al SO cuarto O de Ronda.

4. Topografía
En la sierra de Juan Diego, que es una de las que flanquean al río Guadiaro, en su curso alto, por la derecha. Esta sierra se prolonga hacia el SO, primero por la sierra del Palo y, luego, por la sierra Blanquilla de Cortes, constituyendo la alineación de las tres el límite oriental del notable poljé de Líbar. 

Al NO de la sierra de Juan Diego está la sierra de Montalate y es entre ambas sierras por donde penetra en el polijé la pista que da acceso a él desde Montejaque.

5. Motivación
Magníficas vistas del poljé (o poljés) de Líbar y de las sierras de Grazalema. Formaciones kársticas de todo tipo y tamaño (el propio poljé, con su ponor, bellas uvalas, torcas, cuevas y arte parietal, simas, río subterráneo (Campobuche o Gaduares), espectacular surgencia en Benaoján, hums y relieves ruiniformes, lapiaces en todos los grados de desarrollo, cañón profundísimo de las Buitreras, etc. 

Interesante camino empedrado del que no encuentro mención en el notable y aparentemente exhaustivo libro de Gonzalbes Cravioto.

Paisaje incomparable de la parte más occidental de la Serranía de Ronda.

Multitud de posibilidades para excursiones alternativas en los alrededores.

6. Vértices geodésicos
Ventana es vértice geodésico de tercer orden y su hito no ha sido aún destruido por los amantes de la naturaleza. 

Otros vértices próximos cuya localización con los primáticos puede amenizar nuestras excursiones son los siguientes:

Los dos poljés. Desde las laderas occidentales de Ventana en primer término el poljé del Pozuelo y, a lo lejos, el poljé de LíbarHacho de Montejaque (1.075 m de altitud) al N 25º NE.

Medio Culo (1.103 m de altitud) al E 13º SE.

Conio (1.270 m de altitud) al S 29º SE.

Palo (1.401 m de altitud) al S 34º SO.

 
7. Mapas
Hoja 14-44 Ubrique del Mapa Militar de España E. 1:50.000 (formada en 1.975).
Hoja 1050 Ubrique del Mapa Topográfico Nacional de España E. 1:50.000 (puesta el día según datos de 1.969).
Hojas (1.050) 3-3, (1.050) 3-4, (1.050) 4-3 y (1.050) 4-4 del Mapa topográfico de Andalucía E. 1:10.000.

8. Aproximación: carreteras, pistas
Salimos de Ronda por la antigua carretera de Sevilla, en dirección a Algodonales. Esta carretera, que fue la C-339, es ahora la A-376. Pasado el PK 118 nos desviamos a la izquierda por una carreterita señalizada con el letrero Benaoján - Cortes, que nos lleva hasta la estación de ferrocarril Benaoján - Montejaque; desde este lugar subimos por otra hasta el núcleo de Benaoján y una vez allí tomamos la vieja carretera a la cueva de la Pileta, hoy prolongada hasta Cortes de la Frontera. A poca distancia del pueblo y pocos metros antes de pasar por un puertecillo vemos el comienzo de un carril cerrado con una cancela de hierro; este es un acceso posible a nuestro itinerario, ya que conduce directamente al cortijo del Pozuelo y la alambrada ha sido forzada a la izquierda de la reja, pero quizá es poco recomendable si nuestro propósito es no herir los sentimientos de los que han puesto la cancela.

Lo cierto es que pasado el PK 3 y poco antes de llegar al PK 4 veremos a nuestra derecha el inicio de una pista poco cuidada, de no más de 250 m de longitud, que nos llevará sin pérdida al llamado Caserío Cueva de la Pileta, que no hay que confundir con el acceso a la famosa cueva ni con las viviendas de la familia Bullón, conservadora de la cueva hasta hace pocos días, situado todo ello poco más adelante.

9. Eventual refrigerio
Restaurante “Chez Pepe”, carretera de Campillos nº 2, Cuevas del Becerro. Tel. 952 163 055. Desayuno de pan cateto con aceite o con zurrapas. 

Bar la Palma, avenida de la Constitución, Benaoján. Almuerzo de carne de cerdo en salsa, ensaladilla, pollo en salsa y bebidas (640 pesetas por persona).

10. Altura y forma
1.298 m en una cumbre con tres promontorios y un abismo casi vertical de más de 200 m al E.
 

Ventana, cumbre. En la lejanía el hito que señala el vértice geodésico de Ventana, en lo alto del fabuloso torcal que salta a la vista.11. Desnivel
628 m desde la carretera de Benaoján a Cortes.

12. Distancia geográfica
3.444 m (distancia topográfica: 3.500 m).

13. Distancia para el caminante
6,4 km

14. Pendiente teórica

18 % (ángulo: 10º).
15. Pendiente para el caminante
10 % (ángulo 6º).
16. Tiempo de ascenso y de descenso
Ascenso en 2 h y 30 min.
Descenso en 2 h.
17. Itinerario
Desde la carretera de Benaoján a Cortes de la Frontera alcanzamos el Caserío Cueva de la Pileta por una pista, poco apta para turismos, de unos 250 m de longitud. La pista termina junto a una alambrada cerrada con una angarilla que no impide el paso al otro lado.
Este caserío está en un cierto grado de abandono, aunque no en ruinas. Los muros son de mampostería y el tejado de uralita. En torno a nosotros se elevan peñascos calizos afectados por el modelado kárstico, con sus habituales formas fantásticas, que no por habituales para nosotros debemos permitir que dejen de entusiasmarnos.
Estamos en una vaguada que se eleva hacia el O y culmina en un puertecillo que ya se adivina. Nos rodea una vegetación nitrófila de cardos (Silybummarianum sobre todo, pero también Onopordon sp., Notobasis syriaca, Carthamus lanatus y otros de menor porte); en los márgenes menos nitrificados abundan las retamas y palmitos y en las peñas crecen encinas rupícolas y se ven algunos caducifolios que destacan por el color amarillento de las hojas (tal vez higueras).

El camino está claramente señalado por el habitual reguero de color pardo que deja sobre estas calizas el paso del ganado.

Al principio la superabundancia de cardos marianos dificulta la andadura. Aunque las nuevas hojas, verdes y blancas, que han crecido este otoño, alcanzan poca altura, los tallos secos, que sostienen los capítulos que florecieron la temporada pasada, son tan altos y se elevan tan apretadamente que nos obligan a dar rodeos.

Un poco más adelante dejamos a nuestra derecha los restos de una edificación, quizá una vivienda, de la que se conservan los muros, de mampostería sin argamasa. En su interior se levantan un par de pilares de madera que en alguna época sostuvieron una techumbre.

En los espacios libres de cardos hay un tapiz verde de hojas de geranios, malvas, aros y candiles.

Muy pronto alcanzamos una segunda alambrada tendida entre postes metálicos. Pasamos al otro lado y vemos como disminuye la presencia de las plantas nitrófilas y toman el protagonismo las retamas, los palmitos y Calicotome sp.

Alcanzamos el puerto que adivinábamos y dirigimos la vista al NO. Ante nosotros se levanta el paredón casi vertical (más de 250 m) que es la estribación más meridional de la sierra de Juan Diego, cuya máxima altura nos proponemos conquistar. Aún no podemos ver el pico Ventana pero lo sabemos no mucho más al N del picacho que se ofrece a nuestra vista. Al pie de la ladera divisamos una pista que de NE a SO se dirige desde el cortijo del Pozuelo a Cortes de la Frontera.

Iniciamos el descenso desde el puertecillo y nuestra senda pasa a la derecha de una peña que, junto a la vereda, ofrece una pared vertical. A nuestra mano izquierda y muy cerca de esta peña hay un cercado de grandes mampuestos, quizá un puesto de cazadores. A la derecha de la senda dejamos un par de peñas de fabulosas formas kársticas. Enseguida nos topamos con una bifurcación y tomamos el ramal de la derecha que nos conduce hasta las inmediaciones del cortijo de La Gloria en cuyas proximidades se distinguen majanos, cercados de piedra y algunos árboles frutales; a poca distancia hacia el NE se ve el cortijo de El Pozuelo, al que no nos acercaremos.

Así llegamos al carril que era nuestro objetivo. Este carril desciende hacia una amplia uvala y luego se pierde en lontananza hacia el SO, en dirección a Cortes. En el fondo de la uvala parece haber un olivar y desde luego hay una edificación de moderna factura de cuya chimenea se escapa una delgada columna de humo.

La senda que seguíamos alcanza la pista en las inmediaciones de dos grandes encinas y la atraviesa para internarse en la falda de la montaña, ascendiendo suavemente hacia el SO. Aquí aparecen los primeros ejemplares de Ulexparviflorus, ya en flor; siguen presentes los palmitos, retamas y Calicotome sp., y se incrementa la presencia de matagallos. El comienzo de este nuevo tramo de sendero se sitúa entre dos grandes ejemplares de Retamasphaerocarpa, más desmedrado el de la derecha, y poco antes de que la pista inicie un acusado descenso hacia la uvala.

La senda está bien marcada y al poco tiempo cobra anchura y se convierte en un camino empedrado y amplio, con tramos muy bien conservados. Desde aquí se disfruta de hermosas vistas sobre la tan mencionada uvala. Desde ella se podría descender hacia el valle del Guadiaro por un puerto que se abre entre dos altos cerros que dibujan una uve, a través de la cual se divisa el Alto de Conio, con su cima ligeramente velada por la nubes, en el término municipal de Jimera de Líbar. A mano izquierda, al borde del talud, en un tramo de camino particularmente bien conservado, encontramos una pequeña pila de sección circular, aparentemente labrada en una piedra.

Sobre nosotros, en las paredes de piedra, crecen encinas y acebuches rupícolas. Algunos acebuches que crecen al borde del camino han sido modelados por los dientes de las cabras hasta alcanzar el aspecto del Rhamnus myrtifolius.

Llegados al recodo de la montaña la vereda se bifurca. Nosotros tomamos la de la derecha, marcada con un círculo de pintura amarilla sobre una peña, y nos internamos en una vaguada que primero nos encamina hacia el N y luego hacia el NNO. Este sendero nos conduce a un puerto que nos permitiría descender al poljé de los Llanos de Líbar. Muy poco antes de alcanzar el puerto pasamos por un llanete tapizado de pastizal, muy verde en este tiempo, en inmediatamente después de iniciar el descenso nos encontramos en otra explanada muy similar; a la izquierda, en un nivel un poco superior, hay una era circular; aunque la explanada es herbosa crecen algunas aulagas y retamas de escaso porte y hay también bastante Carlina corimbosa seca. El sendajo desciende hacia los Llanos, en dirección a una hermosa pradera rodeada de encinas. Las laderas que rodean el poljé están cubiertas de encinar.

Un solitario buitre leonado pasa varias veces sobre nosotros.

Desde la explanada que hay al N del puerto nos dirigimos a una encina que crece entre las peñas siguiendo un caminillo marcado por el habitual reguero de arcilla que mancha las calizas. Ignoramos un ramal que se desvía a la derecha en acusada cuesta antes de llegar a la altura de la encina y seguimos llaneando. La visión de los Llanos es cada vez más hermosa. 

Dejamos otra bifurcación a la derecha y continuamos faldeando cómodamente la montaña. Hay un acantilado sobre nosotros, a nuestra derecha.

Alcanzamos finalmente una antigua linde de enormes piedras y aquí confluyen dos alambradas, sostenidas por postes metálicos, que forman el vértice de un ángulo que se abre hacia los llanos. Desde este vértice iniciamos el ascenso por la línea de máxima pendiente, caminando por una ladera terriza, penosa por lo empinada pero cómoda por el firme. Abundan las huellas de grandes artiodáctilos que cuesta creer que sean vacas.

Llegados a lo más alto de la cuesta terriza encontramos una alambrada que ha sido enrollada en parte para dejar un amplísimo paso. Estamos en un puerto de cota 1.184 m. A nuestra derecha dejamos el acantilado que hemos ido viendo sobre nosotros desde hace rato; nos toca ahora seguir la cuerda hacia el N, siguiendo el trazado de la alambrada, casi totalmente desmantelada, porque la cumbre está muy cerca. Los excrementos de una gran rumiante siguen viéndose, inverosímilmente, por estos paraje arriscados. La altitud alcanzada se pone de manifiesto en la absoluta desaparición de Phlomispurpurea y de Phlomis lychnitis y en la presencia de Phlomis crinita.

Llegados a la cumbre nos encontramos envueltos por las nubes que nos impiden valorar los paisajes, seguramente espléndidos.

Cuando iniciamos el descenso una grandísima bandada de chovas piquirrojas se levanta sobre nosotros atronando el aire con sus inconfundibles chillidos.

18. Lo que se divisa desde la cumbre (S, O, N, E)

Sierra Crestellina de Casares - torres y chimeneas de las industrias del Campo de Gibraltar - extremo meridional del poljé de Líbar y sierras de Cortes - sierra del Caíllo - desfiladero por el que pasa la carretera de Villaluenga a Benaocaz . sierra de Ubrique - sierra del Endrinal - sierra del Pinar, de Grazalema - sierra de Líjar y, abajo, la cola de un pantano entre Zahara de la Sierra y Algodonales - cerro Lagarín - puerto Fresnedilla - cerro Malaver - Olvera (N) - Sierra del Tablón, de Pruna y, delante, más bajo, Acinipo - meseta de Ronda con el pueblo de Arriate - Ronda con su Tajo - nubes - Jarastepar y Conio - nubes - sierra de Benadalid y, abajo, valle del Guadiaro y Jimera de Líbar.
Toda la minga disfrutando del momento supremo en cumbre conquistada.19. Fechas de subida
26-XI-2.000 Pepe Mayorga, Juan Carlos, Lola Jiménez Peña, Paco y Luis.
2-XII-2.000 Luis et al

20. Geología
Durante toda la excursión caminamos sobre calizas jurásicas. El polje  se extiende a lo largo de un sinclinal relleno de cretácico superior (“capas rojas” y flysch en el mapa geológico E. 1:200.000) limitado a E y O por dos anticlinales de las mencionadas calizas jurásicas, que dan lugar a una doble alineación de sierras según la dirección NE-SO.

21. Vegetación

Pastizal en el fondo del poljé (o de los poljés).
Encinas y quejigos, algunos muy viejos, en las laderas interiores del poljé.
Matorral muy degradado con palmito y retamas, tres especies de matagallos, Calicotome sp. y aulagas en las zonas desforestadas.
Vegetación rupícola con algunas encinas, acebuches e higueras en los roquedos.
22. Fauna
Un buitre y muchas chovas piquirrojas el 26-XI-2.000.
Dos buitres y un rebaño de unas treinta cabras monteses el 2-XII-2.000. Ganado vacuno y cerdo ibérico en el poljé.
Dolmen de la Giganta, uno de los dos que visitamos al regreso y cuya ubicación facilitamos.23. Opciones alternativas en las proximidades
Cueva de la Pileta (si la vuelven a abrir al público).
Cueva del Hundidero, sistema Hundidero-Gato y cueva del Gato.
Vieja presa del embalse frustrado de Montejaque.
Nacimiento del Santo, en la estación de Benaoján, detrás del hotel Molino del Santo.
Varias rutas por las sierras que delimitan el poljé.
Dólmenes del Gigante1 y de la Giganta2.

Nota 2. 420 m al S del Cortijo del Chopo, no lejos de la casa Villamartín. Circulando por la A-376, en dirección de Ronda a Algodonales, pasado el PK 107 nos desviamos a la izquierda para tomar la A-372 a Grazalema. Primero hay una recta, luego una curva a la izquierda y antes de torcer a la derecha aparcamos el coche junto a la entrada de una pista que, por nuestra izquierda, se dirige al ESE. Es la entrada al cortijo del Chopo, habitualmente cerrada con una cadena que no nos impide pasar andando. Caminamos por el carril, ascendemos un poco; el camino dibuja una pronunciada ese y, cuando alcanzamos el nivel superior, a no mucha distancia, en la linde de un olivar, divisaremos la silueta inconfundible del dolmen.

Nota 1. Circulando por la A-376, en dirección de Ronda a Algodonales, pasado el PK 108, encontramos a nuestra izquierda la desviación para tomar la MA-505 a Montejaque y Benaoján. Justo enfrente, a la derecha de la carretera que seguimos (la A-376), se toma un camino que primero corre paralelo a la carretera, aunque invertimos el sentido de la marcha, y luego tuerce a la izquierda para dirigirse a una edificación. El dolmen del Gigante está en lo alto del tajo que se ve detrás de ella, debajo de una encina cuyo tronco lo está derribando. Hay una pista que sube hasta lo alto del acantilado; una vez en lo alto nos dirigimos a la antena y, desde ella, seguimos el borde del cortado, caminando junto a la alambrada; pronto veremos el dolmen bajo su encina a nuestra derecha, separado de borde del precipicio por una estrecha banda de tierra labrada.

24. Connotaciones Sexuales
Como bien sabéis, querido amigos, los carcamales valetudinarios encontramos muy penosa la marcha sin senderos por los relieves originados sobre estas calizas mesozoicas, y es el agotamiento que en estos momentos experimento, sentado junto al hito del vértice geodésico de Ventana, el que me trae a la memoria el Ananga Ranga, de  Kalyana Malla (o Mall).

No ignoráis que, como tantas otras obras orientales, nos ha llegado a través del descubridor del lago Tanganika, cuya vida admiráis y envidiáis tanto como yo. Efectivamente, fue sir Richard Francis Burton (1.821-1.890) quien lo publicó por primera vez en inglés, en 1.873, con el título de Káma Shástra. H. S. Ashbee, en su Index Librorum Prohibitorum (Londres, 1.877), nos explica por qué existen sólo seis copias de esta primera edición: el editor se alarmó tanto del contenido del libro que paralizó la edición. Unos años más tarde, en 1.985, la Káma Shástra Society encontró un empresario más decidido en la Editorial Cosmopoli, que lo puso a la venta bajo el título de Ananga Ranga. The Hindu Art of Love, e incluso lo reedito tres veces.

Jean-François Millet, El Ángelus. Museo del Louvre. París (1859).La obra pertenece a la literatura tardía en lengua sánscrita y es una recopilación de tratados anteriores, como el conocidísimo Kama Sutra y otros, pero, fuera de esto, la fecha de su composición queda un tanto en las tinieblas, pues es lo cierto que hay dos teorías que se disputan las preferencias de los eruditos.

Dicen unos que Kalyana Malla fue un brahmán nativo de Kalinga, al sur del delta del Mahanadi, en el golfo de Bengala. En el Kavi-Charik, colección de biografías de poetas, se dice que floreció bajo Anangabhima (también llamado Ladadiva). Por una inscripción sabemos que este rey construyó un templo en el año 1.094 (año de Shalivana) de la era Saka (o Shaka), que corresponde al 1.172 d. J. C. (el año en que Abu Yaqub Yusuf, el segundo califa almohade, conquistó Murcia, la mayor de las segundas taifas andalusíes, después de derrotar al Rey Lobo, como fue conocido Ibn Mardanis, traducible, según algunos, por Hijo de Martínez o, según otros, por Hijo de la Mierda). De ser así nuestro libro habría sido escrito, con toda probabilidad. en el siglo XII.

Otros dicen que Kalyana Malla escribió su libro para recreo de Ladkhan Rajah, hijo de Ahmed, de la familia de los Lodi, soberanos musulmanes de origen afgano de Agra, en Uttar Pradesh. Esto sugiere que su patrón fuera Ahmed Chan, virrey de Gujarat a principios del siglo XVI, a quien el poeta, siguiendo la tradición de exaltar al señor al que se sirve, eleva a la dignidad real. 

Jean-François Millet, Enamorados (1854). Museo de Budapest.Aunque Burton la subtitulara The Hindu Art of Love parece que debería traducirse más bien como El teatro del amor. Sea como sea es el caso que este extenuante libro trata de treinta y tres temas diferentes; así de la recomendaciones para acelerar el espasmo en la mujer, de las recomendaciones para retardar el del hombre, de los afrodisiacos, de los procedimientos para estrechar la vagina y para perfumarla, del arte de depilar el cuerpo humano y las partes sexuales, de los procedimientos para limitar el número de hijos, del procedimiento para hacer firmes y erguidos los senos, etc., etc. 

Pero, en realidad, aquí, en lo más alto de la sierra de Juan Diego, es un solo párrafo el que me induce a comentar el Ananga Ranga para vosotros, cómplices perversos. Aquel en que se citan los doce momentos en que la mujer desea acostarse con un hombre o es fácil satisfacerla. Quizá alguno piense que lo que os voy a transmitir no coincide con su experiencia, pero yo le invito a meditar si no interferirán otros factores en sus chascos. 

Pues bien, según Kalyana Malla, junto a las ocasiones muy conocidas en occidente (8a si está extraordinariamente feliz y contenta, 9a inmediatamente antes y después de sus reglas, 11a durante toda la primavera, 12a cuando llueve con relámpagos y truenos, etc.), encuentro, y en primer lugar, una que viene como ni pintada para caminantes, senderistas, excursionistas y peregrinos de todo pelaje, y es que  nos dice que la mujer desea sobre todo la cópula ¡cuando se encuentra fatigada por una larga caminata! ¿No es esto extraordinario? Creo que después de esta lectura todos y cada uno os sentiréis obligados a verificar la doctrina del sabio indio; yo por mi parte, como decrépito valetudinario, espero vuestros testimonios. 

Salangana (Collocalia esculenta). Familia Apódidos. Orden Apodiformes.Justo desde aquí, mirando hacia el SO, veo una explanada herbosa rodeada de hermosas encinas, puesta ahí por el demiurgo con objeto de llevar a feliz término esa verificación. Pero (me diréis) es arcillosa y hay cardos y aulagas. Nada os importe. Todos habéis visto, pero ¡qué digo visto!, ¡habéis contemplado con arrobada unción!, sí, eso mismo, os habéis unido en el espíritu a la edificante escena que Jean-François Millet (1.814-1.875) nos muestra en su El ángelus (1.858-59), del Museo del Louvre. Pero lo que seguramente no sabíais es lo que ocurrió cuando el padre Sol se puso, y eso es precisamente lo que Millet ya sabía cuatro años antes y nos revela en su espléndido dibujo de 1.854 Enamorados, de la colección Hatvany, hoy en un museo de Budapest.

BIS (pensando en la porción masculina de mis lectores).

Después de mi ascensión del 2-XII-2.000 me dirigí a la cueva del Hundidero para visitar tan hermoso paraje como broche de un día glorioso y allí no pude menos que admirar de nuevo las proporciones catedralicias de la entrada de la cueva. Fue la visión de la enorme boca lo que me recordó la entra de la cueva de Niah, en Sarawak, 120 km al SO de Miri. Allí la entrada de la caverna tiene 90 m de altura y 180 m de anchura.

Pero ¿qué tiene esto que ver con vosotros? Pues ocurre que yo, siempre atento a vuestras necesidades y testigo, después de más de diez años, del penoso espectáculo de nuestra decadencia, camino, ineluctablemente de la impotentia coeundi, he recordado ahora, delante de la espelunca, un último remedio, quizá desesperado pero que os interesa sobremanera, no sólo pensando en nuestra futura decadencia orquídica, sino también como viajeros, caminantes, naturalistas, etc.

Quiero creer que toda mi generación accedió a los libros a través, entre otros, de Emilio Salgari y que, por tanto, nos es tan familiar el sultanato de Sarawak como la sopa de nidos de golondrina.
Y bien, la cueva de Niah, descrita en 1.864 por Alfred Russel Wallace1, albergó (y tal vez alberga aún, aunque en menor medida) una de las colonias más grandes de la Collocalia fuciphaga Wheeler o, en castellano, salangana de nido blanco, la simpática apodiforme que los demiurgos han puesto ahí para el goce gastronómico de los chinos y para remedio de nuestra decadencia.
Miniatura india para los Kama-Sutra (Aforismos sobre el amor) de Vatsyayana Mallanaga.Todos sabéis que estas avecillas anidan por millones en el interior de las cavernas de Insulindia, que comparten con colonias igualmente numerosas de murciélagos; que construyen sus nidos con hilos de saliva endurecida en puntos casi inaccesibles de las paredes y los techos de las grutas; que comparten con los quirópteros el sentido de ecolocación y evolucionan en las tinieblas emitiendo unos seis gritos por segundo en las frecuencias de 1.500 a 5.000 hertzios; que los nativos arriesgan la vida para cosechar los nidos en un espectacular ejercicio de equilibrio sobre delgadas escaleras de bambú; que como los nidos han de cosecharse antes de la eclosión de los huevos las salanganas están abocadas a la extinción.

Bien, todo esto lo sabíais, pero ¿acaso sabíais que la sopa de nidos de salangana con azúcar de roca cura la impotencia? Urge pues un viaje a Sarawak más bien que a Suiza. Los servicios de turismo de Malaisia y Brunei están hoy al alcance de nuestro ratón. Sólo un inconveniente: hace veinte años la libra de nidos de salangana alcanzaba el precio de 1.000 dólares en Hong Kong, pero parece que los recolectores de nidos del poblado de Rumah Chang, no lejos de la cueva, los vendían no hace mucho a 260 dólares el kilogramo. Es una oportunidad única. 
Cueva de Niah, en el sultanato de Sarawak (isla de Borneo).Se dice que las gentes de Rumah Chang comerciaban ya con China en tiempos de la dinastía Tang (618-907). Son por tanto gente muy experimentada que no nos dará gato por liebre (o estropajo por salangana).

Como Sarawak queda fuera de la provincia de Málaga es poco probable que, pese a mi indudable interés, me decida finalmente a acompañaros, de manera que os haré ahora mis recomendaciones:
Debéis limpiar cuidadosamente los nidos de plumas y excrementos y luego remojarlos y aclararlos repetidamente hasta que adquieran más bien el aspecto de una esponja blanquecina que el de un nido. Sólo entonces podéis cocinarlos. Pero si los precios han alcanzado niveles realmente prohibitivos aún os queda la opción de adquirir los nidos para pobretes de la salangana de nido negro (Aerodramus maximus), en los que los hilos de saliva están muy mezclados con diversas inmundicias que hacen penosa y poco eficaz la limpieza, pero ¡no dudéis un momento!, ¡la recompensa vale la pena!

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Agradecimiento a Pasos Largos

Información cedida por la Asociación de Senderismo de la Serranía de Ronda "Pasos Largos"

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