Rutas por la Serranía de Ronda

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Ruta al Monte Huma
ZONA: SIERRA DE ANTEQUERA
(Por Luis Sarasola Luna)
 
 
1. Nombre o nombres

      La Huma, en Huma, sierra de Huma, monte Huma.

2. Localización administrativa

      La parte alta y las laderas septentrionales están en el extremo SO del término municipal de Antequera.
      Las laderas meridionales están en el extremo NO del término municipal de Álora.

3. Localización a partir de un locus de referencia

      A 12,5 km al N 17º NO de Álora.

4. Topografía (sierra, límites, puertos, ríos, arroyos, torrentes, barrancos...)

      Está en el extremo occidental de la Cordillera Antequerana o Arco Calizo Central, que se extiende desde el puerto de los Alazores, ya en la provincia de Granada, hasta el desfiladero de los Gaitanes, por el que el Guadalhorce abandona la comarca de Antequera para entrar en la Hoya de Málaga.
      Forma parte de un macizo más extenso integrado además por la sierra Llana (al N), de la que la separa el puerto Bizarro, y la sierra del Valle de Abdalagís (al E), separada por el puerto del Rosalejo.
      Todas sus aguas vierten al Guadalhorce que la limita por el O con su formidable cañón.

5. Motivación

      ·Posición muy favorable para contemplar las zonas del S, N y E de la provincia (Hacia el O encontramos los contrafuertes de la Serranía de Ronda).
      ·Posición muy favorable para contemplar el complejo hidroeléctrico de El Chorro, con embalses, contraembalse, tuberías, centrales y estaciones eléctricas...
      ·Óptima panorámica de la sierra de la Pizarra, con sus dos macizos, el septentrional Almorchón y el meridional
      Mesas de Villaverde, separados por el arroyo del Granado, situando en el segundo, la mayoría de los arqueólogos e historiadores, la mítica Bobastro de Humar ibn Hafsun.

      ·Proximidad del Caminito del Rey, fuente de fortísimas emociones para el caminante, de las que puedo dar testimonio.

      ·Rutas para escalada.

      ·Presencia de uno de las más notables angosturas de la provincia: el desfiladero de los Gaitanes.

      ·Paisaje embellecido por los enormes farallones calizos que determinan las Placas Frontales (inmediatamente al N del Azud de El Chorro), las Placas de Atrás (a espaldas del cortijo de Can Pedrero), las Placas del Veneno (a la izquierda de la salida del desfiladero -por donde penetra el tendido del ferrocarril en la montaña) y el cerro Cristo (a la derecha de la salida del desfiladero).

      ·La propia “escalerilla árabe”, que vamos a seguir y que por sí misma es un monumento muy interesante.

      ·La constante presencia de buitres leonados y de cabras monteses.
 

6. Vértices geodésico

      En la cumbre de La Huma hay un vértice geodésico de tercer orden.

7. Mapas

      ·Hoja 16-43 (Ardales) del Mapa Militar de España E. 1: 50.000 formada para uso militar el año 1.994.
      ·Hoja 16-43 (Ardales) del Mapa Militar de España E. 1: 50.000 formada para uso militar el año 1.976.
      ·Hoja 1038 Ardales del Mapa Topográfico Nacional de España E. 1:50.000 (1.972).
      ·Hojas (16-43) 1-2, (16-43) 2-2 y (16-43) 23 del Mapa Topográfico de Andalucía E. 1:10.000.

8. Aproximación: carreteras, pistas

      Desde Málaga por la A-357 Campillos-Málaga hasta Ardales, donde se toma la desviación a los pantanos y, luego, a El Chorro.
 
 
 

      Desde Álora por el antiguo camino de servicio de la Confederación Hidrográfica que se dirige hacia la estación y poblado de El Chorro, con trazado aproximadamente paralelo al del ferrocarril Bobadilla-Málaga y al curso del Guadalhorce, por la margen derecha del río. A los 12 km llegamos al embalse de La Encantada; cruzamos el río por la coronación de la presa y nos situamos en la margen izquierda. Allí están la estación y el poblado desde donde partiremos.
 

9. Eventual refrigerio

       Poblado de El Chorro.
 

10. Altura y forma

            1.191 m.
 

       Se trata de una montaña de base aproximadamente rectangular y eje E-O mucho más largo que el eje N-S, que en su parte más alta presenta una meseta de casi un kilómetro de largo, acusadamente inclinada hacia el SO.
 

11. Desnivel

       970 m.
 

12. Distancia geográfica

       2.800 m (distancia topográfica 2.963 m).
 

13. Distancia para el caminante

       5.300 m.
 

14. Pendiente teórica

       34 %, ángulo 19º
 

15. Pendiente para el caminante

      18 %, ángulo 10º 30´
 

16. Tiempo de ascenso y de descenso

      Ascenso en 2 h 15 min.
      Descenso en 2 h.
 

17. Itinerario organizado en hitos

       · Pasamos por detrás de la estación hasta alcanzar una pista.

       · Pasamos sobre el arroyo de El Chorro con las Placas Frontales ante nosotros (si miramos al N).

       · Pasamos una curva y cruzamos otra vez el arroyo. Vemos una sucesión de azudes.

       · Encontramos una desviación a la derecha, que ignoramos.

       · Ahora tenemos una curva a la izquierda y ya estamos en el camino de las Pedreras. Pasamos de nuevo sobre el arroyo.

       · Encontramos una nueva desviación a la derecha, que volvemos a ignorar.

       · Llegamos a una pared rocosa en la base de las Placas Frontales en la que quedan marcas de fósiles.

       · Caminamos ascendiendo al pie de los acantilados hasta una cantera en la que es fácil encontrar nódulos de sílex en las calizas.

       · Luego viene una doble curva (izquierda-derecha).

       · Ahora hay que caminar con los ojos puestos en la orilla izquierda del camino para no dejar atrás la senda que nos lleva al principio de la escalerilla, senda que suele estar marcada por un hito de mampuestos.
Sentados en los escalones de la escalerica árabe, muy cerca de el pináculo (asoma detrás).

       · Subimos la escalerilla (atención a los peldaños, los pináculos, los escaladores, las cabras que suelen descansar en algunas repisas de las Placas frontales, las chumberas colgadas de los tajos, el paisaje que se va ampliando progresiva y rápidamente...).

       · Pasamos por un puertecillo, luego por la parte alta del gran embudo y, finalmente, encontramos una alambrada, que no nos impedirá el paso.

       · Estamos ahora en la parte alta del torrente que va a desaguar el Guadalhorce, un poco al NO del poblado de El Chorro, después de pasar bajo un notable viaducto de piedra, entre dos túneles. Vemos algunos campos cultivados, un pinar hacia el E y el cortijo de Can Pedrero al pie de las Placas de Atrás.

       · Buscamos una rampa inclinada al NE del cortijo y por ella salvaremos los acantilados.

       · En las inmediaciones hay una vaguada bien marcada. Conviene que subamos por la ladera que queda al O de esta vaguada.

       · Llegamos a un nuevo tajillo que superaremos con facilidad buscando una trocha hacia el E.

       · Llegamos a la meseta de la cumbre, espacio casi llano, ligeramente inclinado hacia el SO, al fondo del cual destaca el hito que es nuestro objetivo.
 

18. Lo que se divisa desde la cumbre (S, O, N, E)
En las proximidades del hito que señala la presencia del vértice geodésico, al resguardo del viento helado que barría la cumbre
       Día muy nublado.
 

19. Fechas de subida

6-II-2.000, Luis Sarasola
 
 

20. Geología

       Los terrenos recorridos por el arroyo de El Chorro, el S de la Placas Frontales, están formados por (33) areniscas y margas marrones y verdosas del Complejo Predorsaliano (Zona Circumbética).

       La Placas Frontales son el resultado de una formidable falla. Cuando iniciamos su escalada encontramos primero (54) calizas con sílex, oolíticas, nodulosas y más arriba (53) dolomías y calizas encriníticas (para mi capote: calizas hechas con restos de crinoideos), ambas del Jurásico del Subbético Interno.

       En lo alto del “embudo” entramos en un espacio de (34) margas versicolores (para mi capote: de varios colores) y areniscas del Triásico del Subbético Interno.

       Empezamos a subir las Placas de Atrás caminando sobre (39) margas verdosas y blancas y margocalizas blancas del Cretácico y, salvado el escalón, nos situamos sobre (38) las calizas seudonodulosas y calizas oolíticas. Hacia los 900 metros deberíamos encontrarnos con un estrecho espacio de (37) calizas nodulosas rojas y blancas (“Ammonítico Rosso”), para entrar en seguida en (36) las dolomías y calizas oolíticas, siendo los tres últimos términos de edad jurásica y más antiguos conforme subimos. En la meseta de la cumbre se da de nuevo la alternancia (37) (38). Todo este espacio pertenece al Subbético Interno (Zona Subbética).
 

21. Vegetación 
          Pendiente de redactar.
  22. Fauna

       Buitres y cabras monteses.
  23. Opciones alternativas en las proximidades

       · Mesas de Villaverde por el barranco del Lobo para salir a las canteras medievales.
       · Almorchón desde la inmediaciones de la presa del embalse del Conde de Guadalhorce (río Turón).

       · Lecho del arroyo del Granado a partir del puente que hay en las inmediaciones de la carreterita que sube a las mesas de Villaverde y al contraembalse (cueva del Granado y otras cavidades y angosturas)
 
 
 

24. CONNOTACIONES SEXUALES

     Os envío una foto de las Mesas de Villaverde, tomada desde la “escalerilla árabe”, en la que se ven los riscos de las Placas Frontales y, en ellos, unas cuantas cabras monteses (y tan vez cabrones), magníficos animales que tantas veces me habéis señalado en nuestras caminatas, fijos en ellos los ojos que yo he querido descubrir lúbricos.

      No nos avergoncemos. Ya en el capítulo veintisiete del Deuteronomio, entre el versículo veinte (Maldito quien yace con la mujer de su padre...) y el versículo veintidós (Maldito quien yace con su hermana...), encontramos el sugerente versículo veintiuno (Maldito quien tuviere parte con una bestia cualquiera).

      Pero quizá ignoráis un episodio históricamente documentado de zoofilia militar por así decir institucionalizada que paso a relatar con pelos y señales.

      Como sabéis, el año 1.560 sube al trono, con sólo once años, Carlos IX de Francia, hijo de Enrique II y nieto de Francisco I (sí, sí, pensáis bien, el de Pavía, el que permaneció prisionero en la torre de los Lujanes, ante la que os habéis detenido dando la espalda al Ayuntamiento, en la plaza de la Villa, el que fuera hermosamente retratado por Clouet “para los libros en que estudiamos historia en nuestros bachilleratos”). Se hace cargo de la regencia su madre, Catalina de Médicis, la cual, para evitar que el poder de los Guisa aumentara, por el edicto de Saint-Germain de 17 de enero de 1.562, concedió  a los calvinistas la práctica pública de su culto fuera de las ciudades cerradas y el derecho de reuniones privadas en todas partes. Ante ello los católicos, dirigidos por Francisco de Guisa, decidieron, con el apoyo de Felipe II de España, reprimir por sí mismos la herejía, y el 1 de marzo del mismo año llevaron a cabo la matanza de Wassy, con lo que la lucha armada entre los dos bandos se generalizó y dio comienzo la primera de las ocho guerras de Religión que ensangrentaron Francia entre 1.561 y 1.598.

     Pues bien, el Delfinado y el Lionesado eran provincias hugonotes y Lyon plaza fuerte de los calvinistas, y hacia allí se dirigió el entonces duque Nemours desde la vecina Saboya con un ejército católico de mercenarios italianos.

   En la Historia eclesiástica de las iglesias reformadas, publicada en Amberes en 1.580 y dirigida, si no escrita, por Theodore de Bèze (1.519-1.605), sucesor de Calvino, ya se menciona el hecho de esta manera: aquellas tropas de italianos mandados a sueldo del Papa... llevaban consigo sus cabras. No mucho más tardíos son los  testimonios de Antoine Varillas (Historia de Carlos IX, Colonia, 1.684) y de Théodore Agrippa d´Aubigné (1.552-1.630); el primero nos dice: en el sitio de Lyon, en 1.562, tuvo que retirarse (el mencionado duque) abandonado por tres mil italianos que desertaron por no haber cobrado sus haberes. Su vida había sido tan  licenciosa que los campesinos consideraban que sólo podrían ser absueltos quemando a todas la cabras de los lugares por donde habían pasado; el segundo escribe en su Historia Universal de 1.550 a 1.601, publicada entre 1.616 y 1.620: gente que forzaba a los niños y a las cabras. Se nos cuenta que el barón de los Adrets (1.513-1.587), caudillo calvinista que se había apoderado de Valence y se había arrogado el título de lugarteniente del rey en el Delfinado, dirigía a sus tropas al combate arengándolas así: ¡Ahí van los asesinos de mujeres y niños, los amantes de las cabras!

      Casi un siglo más tarde el católico Charles de Batz (1.611-1673) o de Montesquiou (sic), conde d´Artagnan (no os equivocáis, este militar francés fue oficial de mosqueteros y en él pensó Alejandro Dumas padre al crear a su héroe), escribe en su Memorias (Colonia, 1.700): el duque de Nevers (aquí yerra) llevaba con él diez mil cabras cubiertas con caparazones de terciopelo y grandes galones de oro... Eran las amantes de sus soldados y de él mismo. Y poco más tarde Pierre Bayle (1.647-1.706), en la edición de Rotterdam (1.720) de su Diccionario histórico y crítico insiste: llevaban delante de ellos una tropilla de cabras cubiertas de terciopelo verde con gruesos galones de oro, que les servían de amantes.

      Termino con dolor esta laboriosa investigación no sin obsequiaros con una miniatura de Yapur (India), en la que se ilustra la que se supone coyunda de una mujer y un bóvido, cuya especie no soy capaz de determinar, aunque la presencia de cabezada puede dar lugar a confusiones. También de la India procede la imagen tomada de las paredes de uno de los templos de Khajuraho, en la que un elefante se introduce en los juegos sexuales de los humanos.

 


 

 

Agradecimientos a Pasos Largos

Información cedida por la Asociación de Senderismo de la Serranía de Ronda "Pasos Largos"

www.pasoslargos.com

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